viernes, 13 de julio de 2007

LOS ANUNNAKI


Tanto expertos como teólogos reconocen en la actualidad que los relatos bíblicos de la Creación, de Adán y Eva, del Jardín del Edén, del Diluvio o de la Torre de Babel se basaron en textos escritos milenios antes en Mesopotamia, en especial escritos por los sumerios. Y éstos, a su vez, afirmaban con toda claridad que obtuvieron sus conocimientos acerca de lo acontecido en el pasado (muchos de ellos de una época anterior al comienzo de las civilizaciones, incluso anterior al nacimiento de la Humanidad) de los escritos de los Anunnaki («Aquellos Que del Cielo a la Tierra Vinieron»), los «dioses» de la antigüedad.
Como resultado de un siglo y medio de descubrimientos arqueológicos en las ruinas de las civilizaciones de la antigüedad, especialmente en Oriente Próximo, se han descubierto un gran número de estos primitivos textos; los hallazgos han revelado un gran número de textos desaparecidos -los llamados libros perdidos- que, o bien se mencionaban en los textos descubiertos, o se inferían a partir de ellos, o era conocida su existencia debido que habían sido catalogados en las bibliotecas reales o de los templos.
En ocasiones, los «secretos de los dioses» se revelaron en parte en relatos épicos, como en la Epopeya de Gilgamesh, que desvelan el debate que tuvo lugar entre los dioses y que llevó a la decisión de que la Humanidad pereciera en el Diluvio, o en un texto titulado Atra Hasis, que recuerda el motín de los Anunnaki que trabajaban en las minas de oro y que llevó a la creación de los Trabajadores Primitivos -los Terrestres. De cuando en cuando, los mismos líderes de los astronautas fueron los que crearon las composiciones; a veces, dictando el texto a un escriba, como en el titulado La Epopeya de Erra, en el cual uno de los dos dioses que desencadenaron la catástrofe nuclear intentó inculpar a su adversario; a veces, haciendo de escriba el mismo dios, como ocurre con el Libro de los Secretos de Thot (el dios egipcio del conocimiento), que el mismo dios había ocultado en una cámara subterránea.

Las tablillas de arcilla sumerias y acadias, las bibliotecas de los templos babilónicos y asirios, los «mitos» egipcios, hititas y cananeos, y las narraciones bíblicas forman el cuerpo principal de memorias escritas de los asuntos de dioses y hombres. Y por primera vez en la historia, este material disperso y fragmentado ha sido reunido y utilizado, de la mano de Zecharia Sitchin, para recrear el relato presencial de Enki, los recuerdos autobiográficos y las penetrantes profecías de un dios extraterrestre.

Otros muchos textos, que relatan diversos aspectos del papel de Enki en los acontecimientos que siguieron sirven para completar el relato de Enki; entre ellos hay una cosmogonía, una Epopeya de la Creación, en cuyo núcleo se halla el propio texto de Enki, que los expertos llaman La Génesis de Eridú. En ellos, se incluyen descripciones detalladas del diseño del Adán, y cuentan cómo otros Anunnaki, varón y hembra, llegaron hasta Enki en su ciudad de Eridú para obtener de él el ME, una especie de disco de datos donde se hallaban codificados todos los aspectos de la civilización; y también hay textos de la vida privada y de los problemas personales de Enki, como el relato de sus intentos por conseguir tener un hijo con su hermanastra Ninharsag, sus promiscuas relaciones tanto con diosas como con las Hijas del Hombre y las imprevistas consecuencias que se derivaron de todo ello.
* www.bibliotecapleyades.net/

* www.bibliotecapleyades.net/sitchin/planeta12/12planet_11.htm