sábado, 24 de febrero de 2007

RICHARD WAGNER



Amor y Misticismo en la obra de Wagner

Wagner no se contentó simplemente con copiar la leyenda sino que se sirvió del arte para darle una versión más amplia y libre. Su libreto se basó en la epopeya de Wolfram von Eschenbach, en la "Introducción a la historia del Budismo Indú" de Bournouf (Chakya Muni se convierte en Buda al "conseguir la sabiduría por la piedad" como Parsifal) y finalmente en la tradición evangélica cristiana. Establece dos mundos antagónicos -según el antropólogo Lévy Strauss-, el del Grial que es en mundo supernatural, de la virtud y de la bondad y el de Klingsor, el mundo terrenal, del mal, representado por el Jardín Encantado de los placeres, en donde moran las mujeres-flores, que debe ser aniquilado por los caballeros del bien bajo los auspicios del símbolo sagrado de la sangre de Cristo. Angebert dice que el romance de Perceval, caballero perfecto del Santo Grial, (personaje de la leyenda francesa, que se asimila a Parsifal en Germania) fue inspirado por Walther de Aquitania, dirigente cátaro, y que luego Wolfram von Eschenbach, posiblemente templario, lo tradujo y lo completó para hacer del poema una apoteosis del templarismo unido al catarismo occitano. El Santo Grial representó la más elevada aspiración del cristianismo esotérico encarnado en esos Cátaros (puros) y su búsqueda es, por lo tanto, la cruzada en pos de la liberación del espíritu.
Parsifal es un adolescente de origen noble que anhela convertirse en un gran caballero y llega a Montsalvat, al castillo del Santo Grial, en donde están los caballeros; el rey Amfortas, guardián del Grial, ha pecado porque el mago Klingsor le hizo sucumbir con una mujer y el vaso sagrado debe salir de sus manos para evitar ser mancillado. Por última vez el rey eleva la copa sangrante y Parsifal siente que se difunde por los aires una música y un perfume inefables, hechos de sufrimiento y ternura.
Parsifal ignora el significado de la copa, desconoce que es el vaso de esmeraldas en que Jesús celebró la última cena y en donde José de Arimatea recogió la sangre de Cristo. Esta reliquia posee la virtud de rejuvenecer y dar nuevas fuerzas a los caballeros inocentes de corazón que puedan contemplarla. Klingsor ha herido al rey con su lanza y producido una herida incurable. Parsifal debe sustituir a Anfortas en su reinado espiritual. Por eso Klingsor envía a Kundry -símbolo del ser humano en el cual hay una faceta espiritual y otra de pecado-, para seducir a Parsifal pero cuando parece sucumbir logra serenarse en un supremo esfuerzo y siente en su corazón una quemadura, que es la de Amfortas, el rey pecador, ya que la voluptuosidad es madre de dolores.
Finalmente Parsifal es coronado Rey del Santo Grial, vestido con túnica blanca como caballero sin mancha y Kundry, arrepentida, llora a sus pies. Entonces resuena la maravillosa música del hechizo de Viernes Santo. Parsifal toca con la lanza sagrada la herida de Amfortas y éste cura; luego eleva la copa de esmeraldas por encima de la concurrencia y brota una luz roja envolviendo a los caballeros con su gloria en un bautismo de fuego. A los acordes del coro místico llega una paloma que se cierne sobre el Santo Grial y así termina este cuadro simbólico de la Redención.




La Tetralogía. Los Nibelungos.

La tradición escandinava dice que sólo aquellos que morían combatiendo tenían derecho de ser llevados al Valhala o morada de los dioses, porque Wotan no quería más que a los hombres fuertes y poderosos; los que morían por enfermedad o pacíficamente en su cama debían ir a un mundo inferior. Las walquirias, hijas del dios, pasaban por el aire a gran velocidad, para acudir a donde hubiera un combate mortal ; cuando uno de los combatientes moría, ellas le llevaban al Valhala, la morada de los dioses, donde era resucitado y vivía la gloria por siempre jamás. La enseñanza es que sólo los nobles y valerosos que luchan en la batalla de la vida hasta su muerte son dignos del progreso, no los conformistas o quienes se resignan ante las condiciones adversas.



La Walkiria .

La Walkiria muestra a los hombres liberados del miedo original enfrentando a los poderes tenebrosos guiados por el inmundo enano Alberich. Los dioses descienden entre los hombres para ayudarles y les enseñan la sabiduría. Brunilda, la altiva hija de Wotan es el personaje central." Sigmundo y Siglinda, hermanos Walsung, raza de esencia divina y perseguida, separados por la desgracia, vuelven a encontrarse; él obtiene la poderosa espada dejada en un tronco por Wotan para quien pueda arrancarla de allí (la fuerza sólo es para quienes son merecedores). Sigmundo, culpable de su amor incestuoso debe ser inmolado y muere en combate con Hunding, esposo de Siglinda.
La célebre "Cabalgata de las Walquirias" sirve de preludio del acto tercero en el que Brunilda anuncia a Siglinda que un hijo conservará la espada de Sigmundo; es el consuelo divino, que comenta el tema de la redención por el amor (que adquirirá toda su importancia en la escena final de El Ocaso de los Dioses). Esto enfurece a Wotan que condena a Brunilda, por su desobediencia, a un sueño del que sólo será despertada por quien habrá de ser su esposo. Loge enciende alrededor de ella una muralla de fuego y el tema de Sigfrido, guardián de la espada, anuncia que será él quien atraviese el círculo protector dentro del cual duerme la walquiria.




"Sigfrido".

Él es el prototipo de héroe germánico, valeroso y noble, dotado de todas las virtudes e inmune al miedo; oponiéndose a las fuerzas del mal mata a Fafner y se apodera del anillo mágico. Descubre el amor con Brunilda pero la superioridad de los dioses ha terminado porque ella pierde su divinidad pero adquiere la facultad y el derecho de amar, todo lo cual está maravillosamente expuesto en una música brillante que es "El Idilio de Sigfrido". Al sucumbir a la pasión terrena, la walkiria ha destruido las defensas del Valhala, fortaleza de los dioses y ha desatado las runas:
"¡Crepúsculo de los dioses, sal del abismo;Noche de la nada, nubla el mundo!".



El Mito de Tristán e Isolda .

La muerte tendría que cumplir la función de liberar al hombre del peligro de despertar, pero ¡en qué forma!, durante la más profunda intimidad humana: la unión de amor. Sin embargo, los restos de conciencia humana, la tremenda individualidad y el fatal egoísmo, enemigo implacable de la dicha de los mortales, hacen que Tristán fuerce activamente a la muerte a venir, desgarrándose las vendas de sus heridas en el momento mismo que siente la dicha inmensa de ver que Isolda le ofrece la más ferviente prueba de un grande y ciego, por lo mismo verdadero, amor: su llega junto a su lecho de dolor, luego de haberlo buscado desesperada y de haber abandonado todo, decidida a afrontar todas las consecuencias de su pasión. Ella siente en lo más profundo de su ser la barbaridad e inconsecuencia desesperada de la acción individual asumida por Tristán al buscar la muerte sin ella, solo, en la plenitud de su pasión inconmensurable.

Fuente : http://www.weblaopera.com/articulos/arti18.htm